EL GANCHEO – LAS MEJORES FORMAS DE SUBIR A BORDO LA CAPTURA
El gancho, bichero, croque, o el salabre serán nuestros aliados al final del combate, tenemos en el extremo del sedal una captura de tamaño considerable, hemos decidido su muerte para el consumo propio y el de nuestros allegados, ha llegado el momento mas cruento de la captura, quizás el menos deportivo, pero no el menos importante. En este momento crucial, todas nuestras técnicas y esfuerzos se pueden venir abajo en dos segundos si no actuamos con la debida diligencia.
Damos con este artículo un repaso a las técnicas recomendables para el buen final de la captura.
Existen diversas formas de izar a bordo las capturas, enumeramos aquí los instrumentos mas frecuentes:
EL SALABRE, SALABARDO O ZALABAR
Quien no conoce este aparato para sacar las capturas. Todos lo llevamos en el barco, por si cae la jibia kilera de turno, sin la ayuda de este instrumento cuantas se nos habrían escapado. Como todos sabemos su utilización consiste en introducir al pez en el interior y evitar así que huya al sacarlo del agua y producirse por acción del peso los consiguientes desgarros. Existen de diferentes tamaños y formas, fijos y desplegables. Para nosotros los mejores son los de fabricación propia.
Es un accesorio propio para capturar las especies menores, quizás hasta unos 3 Kgs y su gran virtud es que permite capturarlas sin lastimarlas, por lo que permite su suelta.
Su tamaño nos puede resultar engorroso en la embarcación, pues ocupa mucho espacio y la red tiende a liarse con las puntas de las cañas u otros accesorios.
Uno de los principales problemas que presenta es que cuando introducimos en él una pieza, las poteras o anzuelos del señuelo tienden a liarse con la red, sobre todo si la misma es muy tupida. Ante ello y valorando el tiempo que perdemos desenredando la maraña que se forma con los anzuelos y la red del salabre, tenemos tres opciones:
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A) Picadas muy frecuentes, no debemos de tener duda alguna: adiós al salabre y usaremos el procedimiento del tirón (cuidándonos los dedos de los cortes con el sedal) y adentro. Seguro que algunos se escaparán al subirlos a bordo, pero el saldo neto de capturas será mucho mas positivo que entreteniéndonos con los enredos.
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B) Picadas poco frecuentes, usaremos el salabre, en su caso cambiaremos el señuelo enredado, y colocaremos otro en su lugar mientras desenredamos .
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C) Usaremos el salabre y para desenredar las tijeras cortando la red que nos estorbe para sacar el señuelo. Método rápido y efectivo: inconveniente cambiar la red casi todos los días que lo usemos.
En definitiva es un instrumento muy apto para algunas especies, como los cefalópodos, sin olvidar los inconvenientes que presenta.
EL LAZO
Su uso está muy limitado. Se acciona ayudados de un mango en cuya punta hemos colocado un lazo o cable corredizos. Requiere una gran destreza por parte del operador, del pescador, y del patrón, ya que hay que colocar a la presa en la posición idónea para colocarle el lazo en la cola. Es muy recomendable en la captura de grandes presas que por razón de seguridad no se deben de izar a bordo (tiburones), y para ayudarnos a controlar a piezas que han sido gancheadas.
EL GANCHO
Si hemos tomado la determinación de usar al pez para nuestro consumo y por lo tanto hemos decidido la muerte del mismo, nos ayudaremos de este instrumento, que no sólo sirve para izar a bordo la captura sino para algo muy importante: controlarla.
Existen varios tipos de ganchos, según el destino que les vayamos a dar:
Los Ganchos Rígidos
Se caracterizan por tener el gancho unido firmemente al mango. Estos ganchos están hechos para el cobro de piezas de tallas moderadas a grandes, no son muy indicados para peso superior a los 50 kilogramos. En la pesca costera normalmente lo fabricamos con un anzuelo grande al que habremos desprovisto de muerte y un palo de madera (tipo escoba). Para capturas considerables ya hemos de pensar en los de fabricación industrial de acero.
Una cosa a tener en cuenta es la de quitar la muerte al anzuelo que vamos a colocar en el mango de madera para usar como gancho, ya que la misión del mismo es izar a bordo el pez y si tiene muerte el sacar el anzuelo del cuerpo del pez se nos hará mas dificultoso.
La longitud de los ganchos está regulada por la IGFA ( no debe de exceder de 2,44 mts). Tampoco están permitidos los ganchos dobles o triples.
No obstante ello, si no vamos a homologar nuestras capturas, podemos usar el que mas nos convenga.
Ganchos cortos para la boca
No son los idóneos cobro e izada a bordo de las presas, sino para controlarlas. Se usan en las operaciones de captura y suelta o para trasladar la presa ya muerta. Se componen de un gancho, sin muerte, con mango corto que puede estar situado paralelo al gancho o en forma horizontal. Su uso debe de estar muy limitado, ya que por la distancia a la que trabajamos con el pez puede haber peligro para nuestra integridad física, y por supuesto jamás se nos ocurra atar este tipo de gancho a nuestra mano, podría ser fatal.
Los Ganchos Desmontables
Idóneos para izar piezas de gran tamaño, o sea superior a 50 Kgs. Se caracterizan porque el gancho puede desmontarse del mango quedando sujeto por un cabo (este cabo no debe de ser de longitud superior a 9,14 según la IGFA). Otra característica es que estos ganchos si van provistos de muerte, porque deben de sujetar a la captura una vez que se ha desprendido el mango
Ganchos de escolleras, puentes, muelles etc: Las poteras.
Su uso está indicado cuando el pescador no puede acercarse a la captura por encontrarse en un algún sitio de los nombrados. Para estos menesteres la IGFA permite que tengan mas de una punta, es decir que pueden ser dobles, triples, etc.
Carecen de mango y sus puntas si tienen muerte, y es lo que conocemos comúnmente como potera. La misma se coloca por debajo del pez y en ese momento se le da un tirón fuerte elevándolo a la superficie seguidamente.
FORMA DE GANCHEAR
A la hora de realizar esta operación habremos de tener en cuenta el tamaño del la pieza a subir a bordo, por lo que dividiremos esta operación en dos apartados:
CEFALÓPODOS
Para subir estas especies, hasta cierto tamaño, ni que decir tiene que lo mejor es el salabre, pero si hemos tenido la suerte de clavar en nuestro pajarito un calamar de 2 kgs o mas, el introducirlo en el salabre será una tarea mas bien difícil, pues el animal tratará siempre de huir al salabre, y como estos ejemplares son bastante largos, nos veremos bastante fastidiados para introducirlo en él, sino tenemos la mala suerte de que al ver el salabre pegue el chufletazo de su vida, se raje y nos dé el día.
Personalmente hemos resuelto la captura de grandes calamares, jibias y pulpos, confeccionándonos un gancho triple con tres anzuelos grandes, de los usados en la pesca de palangre de marrajera o grandes especies (atunes, pez espada etc). La confección es sencilla, buscamos un palo de madera (puede servir el de una escoba) y le hacemos unas pequeñas muescas (con la ayuda de una pequeña amoladora o lima), en el lugar donde queremos poner los anzuelos. Quitamos la muerte a los anzuelos para no tener problemas para desenganchar, y los sujetamos provisionalmente con una cinta aislante al palo en la forma en que queremos dejarlos situados. A continuación ponemos unos diez metros de monofilamento del 80 atado a una ventana, y seguidamente damos vueltas a los anzuelos con el monofilamento tirando fuertemente hacia nosotros para que quede bien apretado el monofilamento. Una vez atado el mismo los anzuelos quedarán muy firmes sobre el palo. Con este gancho hemos sacado peces de hasta 25 kgs sin problema e infinidad de veces lo hemos usado para grandes calamares, con la ventaja de que no se asustan como con el salabre. Eso sí, cuidaros de la tinta, pues al recibir el ganchazo se cabrean de lo lindo.
CAPTURAS MEDIANAS
Entenderemos por este tipo de capturas las de menos de 50 kgs de especies no peligrosas.
En esta operación deben de intervenir además del pescador, el gancheador y en su caso el patrón o persona que atiende el gobierno de la embarcación, ni que decir tiene que mas de una vez nos vemos sólos o acompañados de otra persona. A menos tripulación, la operación se hace mas dificultosa.
Cuando tengamos la suerte de capturar un pez de dimensiones considerables, deberemos de haber aplicado previamente la regla de oro previa para proceder al gancheo de un pez, y que no otra que tener limpia la bañera de la embarcación, no debe haber señuelos, anzuelos, cañas, etc. ya que durante la operación los nervios pueden llevarnos a no reparar en estos objetos que pueden causarnos lesiones o en todo caso causar desperfectos a los mismos.
Todos deben de conocer al dedillo su misión en estos casos, pues de ello depende el éxito de la operación.
La persona que deba ganchear, o en su defecto el pescador deberá sujetar el sedal una vez que se ha acercado a la banda de la embarcación el pez. La bobina o embrague de su carrete deberá permanecer libre o muy floja, por si cualquier circunstancia se produce una fuga inesperada que no nos parta el sedal y podamos realizar un nuevo acercamiento.El pescador estará atento para regular de nuevo el freno y reanudar el comba
Cuidado con los líos del sedal en la punta de la caña debemos de evitar ponerla vertical, pues así se producen enredos que si el pez inicia una nueva fuga, pueden ser causa de que no salga el sedal y roma.
En ningún momento debe de sacar la cabeza del pez del agua ya que lo asustaremos más, y provocaremos nuevas fugas.
El patrón deberá procurar que el pez se encuentre siempre a un costado de la embarcación, evitando que el mismo se coloque a popa, o se esconda debajo de la embarcación. La ayuda del patrón es importantísima en la operación del gancheo.
El punto de gancheo idóneo es el lomo, mas o menos en el centro del pez, cargando el punto en todo caso hacia la cabeza. No es aconsejable el gancheo en la cabeza, cola o abdomen en los peces de este tamaño.
Al ganchear en el lomo, con el punto acercándose mas a la cabeza, tendremos su peso correctamente distribuido, cosa que no ocurre si lo hacemos por la cabeza o cola. También evitaremos que el mismo se sacuda con mas libertad al usar su cuerpo como palanca. En una de estas sacudidas podría lanzarnos el señuelo y causarnos lesiones.
El gancheo por el abdomen no es idóneo por la fragilidad de la carne de esta zona.
Ganchear siempre de abajo hacia arriba, una recomendación a seguir en estos tamaños
Así evitaremos:
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Que el pez vea el gancho que se le aproxima y se asuste
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Golpear al pez primero antes de clavarlo, con lo que se asustará y probablemente iniciará una nueva corrida.
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Usar sólo parte de nuestra fuerza, ya que nuestra fuerza física es menor cuando actuamos de arriba hacia abajo. De abajo hacia arriba los brazos, espalda y piernas.
El gancheador, desde que se aproxima el pez a la embarcación, debe sumergir el gancho en el agua , de esta forma, el pez no verá el gancho y evitaremos que se asuste mas de lo que está
Con el sedal el gancheador debe de conducir a la presa justo debajo del gancho y entonces dar un golpe fuerte para que penetre por la mitad, con el punto algo cargado hacia la cabeza, introduciéndolo a la altura de la columna.
Una vez izado a bordo el pez debe continuar enganchado, hasta que le hayamos dado muerte o no represente riesgo alguno para los ocupantes (el gancheo no termina hasta que la captura está totalmente dominada y depositada en el cofre de estiba).
Para desprenderle de los anzuelos del señuelo deberemos usar guantes y alicates, con el fin de evitarnos lesiones. Y si es posible haremos un doble gancheo (usar dos ganchos, uno el que tenemos clavado, y otro en la boca) para hacer mas firme la captura y evitar que nos hiera con los cabezazos. No sujetar nunca de la cola, su control se hará muy difícil.
Debemos valorar el dar muerte al pez (en muchos casos aconsejable, sobre todo en especies que nos puedan herir), dándole unos golpes en la cabeza, con un mazo apropiado.
PIEZAS DE GRAN TAMAÑO
En este apartado estudiaremos el gancheo de las presas de peso superior a 50 Kgs, o que por su especie representen un peligro evidente para las personas de abordo.
¿Cuál es la mejor técnica? Existen diversidad de técnicas y todas tienen sus pros y contras.
No es lo mismo sacar un picudo que un tiburón. Hay muchos pescadores que para determinados picudos no usan gancho sino que prenden al mismo directamente con las manos (enguantadas) del pico y así lo controlan. Manifiestan que ganchear a un picudo es peligroso por que nos puede herir con su espada en sus sacudidas. Un amigo norteamericano, nos contó que en sus años jóvenes (tiene 77 años), cuando salía en USA a la pesca del tiburón lo hacían dotados de sus revólveres correspondientes, y una vez capturado el tiburón lo acercaban a la borda y una vez allí tres tiros en la cabeza y fuera, una técnica poco deportiva, pero al parecer bastante efectiva.
En estas tallas parece casi obligado el usar un gancho desmontable, es decir de los que se desarticulan al clavar el pez, el cabo de este gancho debe de haberse atado previamente a una cornamusa. Muchos recomiendan el gancheo a la inversa, es decir de arriba hacia abajo, por ser el mas efectivo para las tallas grandes.
Ni que decir tiene que el izado de estas especies mayores supone una situación de alto riesgo, y que nuestra vida puede correr peligro si no actuamos con la debida diligencia y en equipo (quien no ha visto el izado del tiburón de la película “La Tormenta Perfecta”). Un tiburón a bordo recién pescado es un enemigo muy a tener en cuenta y que puede ocasionar situaciones muy lamentables. El atarse a la muñeca un cabo de un gancho desarticulable teniendo al otro extremo un atún de 400 KGS puede convertirnos en un “Capitán Nemo perpetuo”.
Por regla general, el izado de estas especies mayores, requiere el uso del lazo que insertaremos en su cola, como segundo apoyo al gancho. El uso además de un segundo gancho es muy recomendable. Una vez que lo tengamos seguro, no está demás el dejarlo que se aleje de la embarcación unos metros para que muera sin molestarnos.
¡¡¡Cuidado con el lider o sedal¡¡¡ una recogida mal hecha del mismo, puede dar lugar a que se nos lie en la mano, lo cual puede traer fatales consecuencias.
Cuando decidamos acercar al bicho a la borda debemos cerciorarnos de su muerte aplicándole machete a estilo verduguillo torero, o dándole unos buenos golpes en el cerebro con una maza apropiada, de esta forma nos ahorraremos sorpresas desagradables.
Otro elemento a tener en cuenta es la eslora de la embarcación con la que pescamos. A quien se le ocurriría en una embarcación de seis metros de eslora meter en la bañera un tiburón vivo de 3 o 4 metros. Estamos seguros que a partir del momento en que se introdujese en la bañera, se produciría “el relevo” del capitán. Ni que decir tiene que con esloras menores, las grandes piezas hay que remolcarlas. Las embarcaciones preparadas para estas especies van dotadas de grúas u otros utensilios para subir y controlar los bichos. Como norma, la eslora de nuestro barco debe de ir en consonancia con las presas a capturar, aunque si por casualidad pica nuestro anzuelo, las precauciones deben de ser extremas y no izarlo a bordo hasta que no estemos seguros de que está muerto. Un buen remolcaje nos dará buenas satisfacciones y nos evitará serios disgustos.
Si nos decidimos por la captura de especies mayores, otra cosa muy importante a tener en cuenta es que no debemos nunca ir solos, pues el trabajo en equipo en estos quehaceres es imprescindible.
NORMAS IGFA SOBRE INSTRUMENTOS PARA IZAR A BORDO LAS CAPTURAS
Los ganchos o salabardos que se utilicen para subir a bordo o sacar a tierra las capturas no podrán exceder de 2,49 metros (8 pies) de largo total. En el caso de ganchos volantes, o que se separen, el cabo de sujeción no podrá superar los 9,14 metros (30 pies). Dicha medida se tomará desde el punto donde se afirma el gancho volante hasta el otro extremo del cabo. Sólo se tendrá en cuenta la distancia efectiva. En el caso de ganchos de cabeza fija, se aplicarán las mismas limitaciones, y el cabo de seguridad se medirá desde el mismo punto del gancho. Sólo se podrán usar ganchos de cabeza simple, quedando expresamente prohibidos los arpones o aparejos similares, así como ganchos electrificados. La longitud de los cabos de sujeción sólo se aplicará en la pesca desde embarcación. Sin embargo no existe limitación cuando se practique desde un puente, muelle, plataforma o estructura que esté suficientemente elevada por encima del agua.