EL TIBURÓN Y SU TÉCNICA DE PESCA (I)

Zona de Pesca: Islas Canarias

“La noche parecía oscura como la boca de un lobo. Y, conscientes de que bajo la obra viva del barco había 600 metros de profundidad, la oscuridad nos parecía aún más impenetrable. Olas suaves, procedentes del este, mecían apaciblemente el afilado casco de nuestra embarcación, que derivaba dócilmente siguiendo la corriente. A lo lejos, entre las marcaciones 030º y 060º, las luces de las zonas turísticas del sur de la isla titilaban y parpadeaban, recordándonos el bullicio y animación que, en esa madrugada, debía reinar en tierra, como cualquier otro viernes por la noche. Un poco más allá, hacia la derecha, y más o menos por donde el sol se había puesto hacía unas horas, el faro de Maspalomas nos enviaba sus destellos, uno corto y dos cortos repetidos cada trece segundos, recordándonos los tiempos en los que no existía ni navegación vía satélite, ni compases electrónicos; tiempos en que la navegación era todo un arte. Mirando hacia arriba, el “escudo” de la constelación de Orión, siempre señalando hacia la Osa Mayor, invitaba a nuestros ojos a desviarse del punto de luz en el que se centraba toda nuestra atención en ese momento. Un puntito de luz fluorescente, que flotaba a unos cien metros de la popa del barco. Un punto de luz que nos señalaba la posición del cebo, a unos diez metros más abajo, oculto en las negras aguas y entre el rastro de sangre y desechos de pescado que habíamos vertido en las últimas horas: Un bonito de cuatro kilos, pescado aquella tarde al curricán, que había sido cuidadosamente anzuelado y dejado flotar desde hacía ya un buen rato. Y nuestros ojos se esforzaban en taladrar la oscuridad y seguir aquella mota de luz verdosa, porque unos segundos antes, la línea se había tensado brevemente, y el carrete había emitido el ruido característico – ese click, click, click, suave que todos conocemos- que indicaba que “algo” se estaba interesando por nuestro cebo. Y ese

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suave rumor metálico había bastado para disparar la adrenalina de los cuatro tripulantes del barco, que hasta ese momento dormitaban, o conversaban en voz baja. Las conversaciones habían cesado bruscamente; los sentidos se habían puesto completamente alerta; Las mentes se aclararon de golpe; hasta el barco, parecía que intuía a nuestro furtivo visitante, y parecía que tensaba los músculos, cesando en su leve vaivén. Porque, de noche, atraído por un rastro de sangre y pescado triturado, en aguas prácticamente oceánicas, ese “algo”, que tanteaba nuestra carnada con cautela, sólo podía tener un nombre: Tiburón…!!!”….

EL TIBURÓN: EL REY DE LOS MARES

Tiburón… Esta es una palabra que cuando se pronuncia en alta mar, desata los más ocultos temores de pescadores y marineros. Una palabra que evoca, en nuestra imaginación, unas mandíbulas enormes con dientes cortantes como cuchillos, capaces de cortar un brazo o una pierna en cuestión de segundos…¿Quién no ha visto u oído hablar de éstos animales?. Unos peces que han despertado siempre nuestro temor,…  pero también la admiración de los seres humanos, que incluso, en el caso de algunas tribus de Oceanía, han llegado a elevarlos a la categoría de Dioses. 

Dejando aparte la leyenda, y especialmente, las peculiares versiones cinematográficas  del cine de Hollywood, los tiburones no son ni más ni menos que peces depredadores, que se comportan exactamente como lo que son. Y lo que es muy interesante para nosotros, los pescadores, es que se les puede pescar –con cierto riesgo, eso sí- y que su captura puede depararnos jornadas de gran emoción pesquera, tal y como se cuenta, más o menos literariamente, al inicio de éste artículo.

¿Pero, es difícil la pesca del tiburón?. Como todo en nuestro deporte, dependerá mucho de la suerte, pero en realidad, la pesca del tiburón es relativamente fácil; más fácil me atrevería a decir, por ejemplo, que la pesca de un gran atún, o un gran Marlin. Y, lo primero que debemos hacer, si nos interesa pescar un escualo, es conocerlo. 

Los tiburones, básicamente, son peces, con una serie de características anatómicas y de comportamiento comunes a todos ellos. Estas características las podemos resumir en que tienen un esqueleto cartilaginoso –no tienen huesos o espinas, como el resto de los peces- respiran por aberturas branquiales –no tienen agallas móviles-, carecen de escamas –su piel es como el cuero-, las aletas no se pueden abatir y permanecen siempre erectas, y finalmente, su boca presenta una posición ventral y no terminal, como en la mayoría de los peces óseos. 

El género de los escualos estaba presente en los mares mucho antes de que el primer dinosaurio pisara la tierra. A lo largo de millones de años, han ido especializándose y perfeccionándose con el fin de cumplir tres objetivos, de forma cada vez más eficiente; Nadar, detectar presas y comer. Hoy en día nos encontramos que, un tiburón –el Marrajo- es el pez más rápido que existe (se le cronometraron recientemente velocidades de más de 118 kilómetros por hora durante un experimento científico), y que los depredadores marinos más eficientes, actuando en solitario, pertenecen precisamente a ésta familia, el Tiburón blanco y el Tigre. 

Esta evolución, de muchos millones de años, ha hecho que los escualos conquisten todos del medios marinos, todas las latitudes y todas las profundidades de los mares. No hay ningún animal marino, exceptuando las grandes ballenas adultas, que no esté amenazado directamente por una especie de tiburón; desde el plancton, sobre el que depredan las especies planctófagas –Tiburón Ballena, Tiburón Peregrino…- hasta los grandes túnidos y peces de pico. Incluso las grandes Ballenas tuvieron, en su día, su propio depredador, el Mítico Carcharodon Megalodon, algo así como un tiburón Blanco de 20, (si, veinte) metros de largo, y cuarenta toneladas de peso. Y, la evolución, también ha hecho que los tiburones sean animales que tienen siete sentidos, y no los cinco tradicionales. Y ya que los sentidos del tiburón nos ayudarán a atraerlo a nuestras carnadas, creo que merece la pena darles un vistazo.

 LOS SENTIDOS: SU GRAN ARMA


Vista: los tiburones ven mejor de lo que se cree generalmente, pero la vista no deja de ser un sentido secundario en ellos. A corta distancia, distinguen perfectamente, y son, además, capaces de ver en color. Por tanto, las carnadas que ofrezcamos deben ir perfectamente anzueladas, sin que el hierro sea visible. 

Oído: Tienen también buen oído, aunque no es éste uno de sus órganos principales en la detección de presas. 

Olfato y gusto: El olfato y el gusto –sentidos tan ligados en estos animales que casi podemos hablar de uno solo- si son uno de los principales sentidos usados en el seguimiento de una potencial presa. Todos sabemos que los tiburones son atraídos por la sangre; lo que no es tan conocido es que un tiburón es capaz de excitarse con una gota de jugo de atún diluida en una piscina de un millón de litros de agua. Tienen además un olfato direccional; esto es, que son capaces, no sólo de oler, sino de conocer de qué dirección está lo que produce ese olor. 

Tacto: El tacto juega un papel importante en la fase final de aproximación a una presa; Con un leve roce de su piel son capaces de conocer la textura y sabor de un objeto, saber si es comestible y si tiene buen sabor, si se defenderá con energía o está debilitada, etc. 

Línea lateral: Este es uno de los sentidos exclusivos de los peces. Vendría a ser algo así como un “Tacto a distancia”. Mediante la línea lateral, los tiburones son capaces de sentir chapoteos en la superficie o los movimientos agónicos de un pez… e incluso, el torpe chapoteo de un ser humano nadando en el mar… 

Ampollas de Lorenzini: Este es un sentido exclusivo de los escualos. Con éste sentido son capaces de detectar los pequeñísimos impulsos eléctricos que cualquier organismo vivo emite, por la actividad nerviosa fundamentalmente- o dicho de otra forma, no importa que un pez esté enterrado bajo unos centímetros de arena; el tiburón detectará su actividad nerviosa y sabrá que allí hay un ser vivo

Los sentidos de mayor interés para la acción pesquera son el olfato y la vista. 

Muy bien, una vez que conocemos las capacidades de nuestro “enemigo”, veamos dónde lo podremos encontrar. ¿Aguas costeras o mar abierto? ¿Fondo o superficie?. La respuesta es… en todas partes. Hay una gran cantidad de especies que explotan, cada una a su manera, los diversos medios marinos existentes. Básicamente, las diversas especies de tiburón estarán ligadas al fondo o a la superficie, y raramente los encontraremos en la zona intermedia, aunque nunca se sabe… .

ESPECIES DE TIBURONES EN ESPAÑA

 Los tiburones presentes en las aguas españolas, exceptuando el archipiélago canario, más rico en estas especies, son: 

Tiburones de Fondo 

       Los Hexánquidos, o cañabotas, presentes en todas nuestras aguas. Son tiburones que pueden alcanzar los cinco metros y 400 kilos de peso. Son nadadores lentos y de vida ligada al fondo, de 90 a 1900 metros de profundidad. Sacar una cañabota de dos metros desde trescientos metros de profundidad es toda una experiencia…

       Las pintarrojas, pequeños tiburones de aguas costeras (pintarroja, alitán, Olayo) de vida también ligada al fondo.

       Las Musolas y Cazones que habitan las aguas superficiales costeras, y de hábitos eminentemente nocturnos. Pueden también depararnos grandes emociones si los clavamos con equipos ligeros.

        Los Escuálidos, Quelvachos, galludos, pinchudos , tollos , sapatas, viseras… tiburones de fondo y gran fondo, eminentemente nocturnos

       Los Odontáspidos, que incluyen el tiburón toro y el Solrayo. Son tiburones grandes, de nadar lento y torpe, y vida eminentemente ligada al fondo. Son muy raros.

 

Tiburones de Superficie

       Los Alópidos, o zorros, fácilmente reconocibles por poseer una larga cola. Son nadadores rápidos, que hacen su vida en alta mar, alimentándose de bancos de caballas, sardinas, jureles, etc. No son tiburones agresivos con el hombre, pero son muy fuertes, capaces de enderezar un anzuelo, o tirar a un pescador al mar con un golpe de su larguísima cola. Ofrecen una dura batalla cuando están clavados, perfectamente comparable a la de un gran atún. 

        Los Lámnidos están también presentes en nuestras aguas, y son la “Pieza reina” entre los pescadores de altura. Incluye esta familia, algunas de las especies más rápidas, poderosas y agresivas. En aguas españolas hay presentes tres; El marrajo, el Cailón, ó marrajo del norte, y el tiburón blanco. Tienen una característica única, y es que son animales de sangre prácticamente caliente, lo que triplica su potencia corporal. Capaces de alcanzar los cien kilómetros por hora, saltar fuera del agua, y morder contundentemente, son piezas verdaderamente peligrosas, que, si se consiguen clavar, no se olvidarán en la vida.

        Los esfírnidos o tiburones martillo, presentes en el mediterráneo y en el estrecho.

       Los carcharínidos, o jaquetones, que es la familia con más “aspecto de tiburón”. Difíciles de identificar con claridad entre sí, sólo el Tigre y la tintorera son fácilmente distinguibles de los demás. Son tiburones eminentemente pelágicos de superficie. En nuestras aguas podemos encontrar el Tiburón Tigre (en el Estrecho), la Tintorera, en todas nuestras aguas, el Tiburón oceánico, o jaquetón de Ley (Galicia y Estrecho), Tiburón Sedoso (Estrecho), Jaquetón Lobo (estrecho), Jaquetón de Milberto (Mediterráneo y estrecho), Jaquetón picoto (Estrecho y Mediterráneo), Jaquetón del estrecho (obviamente en el estrecho), Jaquetón manchado y jaquetón picudo, ambos en el estrecho y en el mediterráneo.

A LA BÚSQUEDA DEL ESCUALO

La siguiente pregunta sería ¿Dónde y cuando encontraremos tiburones? Ya comentamos antes que los miembros de la familia de los escualos se encuentran en prácticamente todos los biotopos; Pero fundamentalmente, daremos con ellos si elegimos un pesquero que cumpla los siguientes requisitos: 

·       Aguas con escasa concentración de materias contaminantes.

·       Zonas con abundancia de presas naturales (áreas de paso de túnidos, afloramientos submarinos, cañones, montañas y rocas submarinas, pecios, etc.) 

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Es decir, básicamente, donde haya comida para ellos. Otra cosa es el  “cuando”, es decir, la mejor hora para dedicarnos a su pesca; Ya hemos explicado la funcionalidad de los órganos sensoriales de los tiburones, y al menos dos de ellos, el olfato y las ampollas de Lorenzini, les confieren una gran superioridad sobre los otros peces con las aguas oscuras. Esto, unido a que la vista es para ellos un órgano secundario, o de detección a cortas distancias, hacen que los tiburones tengan mayor actividad de noche. 

TÉCNICAS Y APAREJOS

Las técnicas y aparejos para la pesca de escualos dependen fundamentalmente del tipo de especies que pretendamos pescar. Si nuestro objetivo son los tiburones de fondo de tamaño pequeño y medio, tendremos que preparar un equipo de pesca de gran fondo; Y si pretendemos ir a por las grandes especies pelágicas, deberemos hacernos con cañas y carretes de pesca de altura (los mismos que se emplean para los grandes atunes), silla de combate –o arnés de Stand-Up si estamos en muy buena forma física- ganchos, cabos, etc. 

En todos los casos, los aparejos para la pesca de escualos deben cumplir una serie de requisitos; El Terminal debe estar realizado íntegramente en línea de acero, tanto el terminal al que se empata el anzuelo, como al menos, unos tres metros de línea final, antes de empatar con la línea madre. Además, deben ir reforzados de forma generosa con quitavueltas; Muchos escualos se defienden revolviéndose y dando vueltas sobre sí mismos, y los quitavueltas ayudarán a deshacer las torsiones sin que lleguen a la línea madre. Además, y ésta es la razón de incluir al menos tres metros de acero antes de empatar con la línea principal, los tiburones tienen una piel áspera, que en el caso de algunos ejemplares, es capaz de cortar, por fricción, un nylon ó dacrón de 80 libras. Todas las uniones deben realizarse con terminales de acero de doble tubo, bien apretados con unos alicates.  

Podemos capturar un escualo empleando tres técnicas básicas:

·       El gran fondo, practicado igual que en la pesca de chernas, besugos, sables, etc, en fondos a partir de 200 metros de profundidad.

·       La espera, en superficie, con brumeo ó “Chumming” específico para tiburones.

·       El “Trolling” o curricán lento con “Chumming” y cebo muerto o vivo, que es la técnica más efectiva. 

Antes de hablar de estas técnicas de captura, debemos dejar bien presentes una serie de puntos:

·       Cualquier escualo, incluso los de pequeño tamaño, es potencialmente peligroso.

·       Siempre se manipularán, tanto aparejos de acero como los animales con guantes protectores, y se desanzuelarán con alicates.

·       Si el desanzuelado presenta dificultades, mejor cortar que arriesgarnos a sufrir una mordedura.

·       El equipo debe estar siempre en perfecto estado, y en especial, los ganchos y los arpones bien afilados.

·       Toda la tripulación debe tener un papel; todos deben saber lo que deben hacer sin vacilaciones, tanto si vamos a soltar el animal, como si vamos a darle muerte.

·       No intentar subir un tiburón pelágico adulto vivo a bordo NUNCA. (*)

(*) Se recomienda complementar con el artículo de Pesca Marina «EL GANCHEO» LEER

GRAN FONDO

La pesca de escualos en la modalidad de gran fondo, en principio es idéntica a la de otras especies, y es posible practicarla en fondos de más de 200 metros, hasta 1.800 metros. Esta zona de profundidad, no está castigada por las artes profesionales, tanto de arrastre como de palangre de fondo, y, por tanto, estos fondos son prácticamente vírgenes. Personalmente, considero que la zona más productiva y con mayores ejemplares es la que va de los 500 a los 800 metros. Esto, en el caso de que vayamos a pescar de día; de noche, los escualos se pueden encontrar a mucha menos profundidad,(Realizan lo que se llama migraciones verticales; incluso los grandes ejemplares de cañabota, de más de 300 kilos, suben a la superficie de noche) y a partir de los trescientos podremos capturar mielgas y otros escualos de 10 y 12 kilos. 

EL EQUIPO

Para este tipo de pesca es imprescindible el uso del carrete eléctrico, con línea de Dacrón, Spectra o tejidos similares (nunca con nylon convencional), puesto que transmiten mucho mejor la picada. No recomiendo el uso de líneas de acero, porque a pesar de transmitir la picada con mucha más fidelidad, tiene mucho “efecto memoria”, y puede organizar un lío tremendo, amén de que daña el forro del carrete eléctrico. Tendremos a bordo preferentemente dos unidades, montadas en caña de 50 libras, o la que se suministre con el propio carrete eléctrico; la explicación es bien sencilla, puesto que un lance a 500-600 metros puede durar fácilmente 15 ó 20 minutos, con lo que una jornada de pesca en tales profundidades puede ser aburridísima si no se practica con, al menos, dos equipos. El aparejo consistirá, como ya se ha dicho, en una madre de acero, de 200 ó 300 libras, con cuatro o cinco patillas para los anzuelos. No es necesario que los anzuelos sean muy grandes, pero recomiendo el uso de los anzuelos circulares, puesto que son más eficaces en la acción de la clavada, y desprenden la presa con más facilidad y menos daño si decidimos liberarla. 

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La mejor forma de unir las patillas con la línea madre es mediante giratorios de tres vías, y recordar dejar al menos dos metros de línea de acero por encima de la última patilla, antes de conectar con la línea de pesca. Como lastre, un plomo de 1,5 ó 2 kilos es suficiente. 

EL CEBO

Las carnadas más indicadas para pescar a tanta profundidad son el choco (sepia) y las caballas. La sardina, pese a ser muy efectiva y atrayente, no aguanta bien tanta profundidad y se deshace sola. Hay que encebar con carnada abundante, incluso con  caballas enteras. 

Como complemento a las carnadas, aunque no imprescindible, podemos emplear una lámpara estroboscópica Kristal Fishing, y luces químicas en tubo tipo Starlite en las patillas. Si nos decidimos a emplear estos complementos, debemos tener la precaución. En el caso de la lámpara estroboscópica, de fijarla a la línea madre con hilo de acero también, puesto que en ocasiones, muerden la lámpara, y si la mordida afecta al cabo de unión, podemos darla por perdida (y son 10.000 pesetas de las de antes…). 

ACCIÓN DE PESCA

Una vez hayamos llegado al sitio elegido, encebado y lanzado al fondo el arte, empieza la acción de pesca. A más de 500 metros es difícil sentir la picada, y debemos mantener la línea muy tensa. Por esto se hace imprescindible también el uso de guantes, puesto que el dacrón y especialmente el Spectra ó dyneema (líneas a base de Kevlar, material con el que se fabrican los chalecos antibala) pueden llegar a causarnos un corte en los dedos a poco que el plomo sea algo pesado. 

Dependiendo de la especie que pique, notaremos reacciones distintas al final de la línea; Galludos, cazones y mielgas oponen una fuerte resistencia a ser subidos, y pelean hasta el último metro de línea. Como carecen de vejiga natatoria, no “revientan” por descompresión a mitad de camino, como sucede con las chernas, por ejemplo. En cambio, las sapatas, viseras y quelvachos oponen poca resistencia, y sólo notaremos peso al final de la línea. 

Una vez que hemos recogido los muchos metros de línea, y  tenemos al animal ya en superficie, podemos subirlo a bordo pero con precauciones; Manipularemos siempre con guantes, teniendo mucho cuidado con no ponernos a tiro de la boca (un tiburoncito de fondo de ocho o diez kilos es perfectamente capaz de amputarnos un dedo con una mordedura). Hay que poner también especial cuidado con los aguijones que tienen algunos en las aletas dorsales; intentarán pincharnos y los aguijones son levemente tóxicos. Si vamos a soltarlo, agarraremos al tiburón con una mano por debajo, entre la boca y la aleta dorsal, y la otra en la cola, y lo desanzuelaremos empleando unos alicates, nunca con los dedos desnudos.  Si, por el contrario, nos lo vamos a llevar a casa, lo mejor es “amansarlo” con dos o tres “caricias” en la cabeza con un buen garrote. 

Podemos practicar la “Captura y suelta” sin problema con éstos animales; al carecer de vejiga natatoria llegan a la superficie muy vivos y sólo con los daños que les haya podido causar el anzuelo. 

 

Continuará…….

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